Fine Art Galleries: Your Majesty The Queen: Carta Catalina La Grande

                                                            4 de noviembre de 1796Un 2 de mayo de 1729 llegué al mundo gracias a mis padres, Cristián Augusto de Anhalt-Zerbst y Juana Isabel de Holstein-Gottorp; en Szczecin, Pomerania, actualmente Polonia, en el seno de la dinastía Anhalt-Zerbst.Me llamaron Sofía Federica Augusta (Sophie Friederike Auguste von Anhalt-Zerbst, apodada “Figchen”). Fui una princesa alemana de rango menor y tengo una remota ascendencia sueca, relacionada con Carlos IX. De acuerdo con la costumbre de la nobleza de la época fui educada principalmente por tutores franceses.Los acuerdos políticos para fortalecer la alianza entre Rusia y Prusia hicieron que me comprometan con el Gran Duque Pedro, nieto de Pedro el Grande. Desde un principio hice lo posible para ser amada por mi esposo, por su tía, la emperatriz Isabel y por el pueblo ruso. Por la madrugada pasaba largas horas aprendiendo ruso y de esa manera ser más acogida.A pesar de que mi padre, luterano ferviente se opuso a mi conversión a la Iglesia Ortodoxa Rusa, el 28 de junio de 1744 fui bautizada con el nombre de Catalina (Yekaterina o Ekaterina) Alekséyevna.Mi matrimonio con Pedro se dio el 21 de agosto de 1745 en San Petersburgo. Teníamos 18 y 16 años de edad respectivamente. Nos instalamos en el palacio Oranienbaum. Lo nuestro fue un fracaso desde el principio. Pedro era sumamente inmaduro y no logró consumar nuestro matrimonio durante ocho años.  ¡ Era tan aburrido en la cama!  Evidentemente nos distanciamos como pareja, él se consiguió una amante y yo varios, entre esos Serguéi Saltykov, Charles Hanbury Williams y Estanislao II Poniatowski.Catalina Dáshkova, la hermana de la amante de mi marido se convirtió en mi amiga y me presentó a varios políticos muy poderosos que se oponían a Pedro. Siempre me interesó leer e instruirme, estaba muy bien informada sobre los crecimientos de Rusia. Mantuve correspondencia con grandes pensadores y filósofos como Voltaire y Diderot. La muerte de la emperatriz Isabel el 5 de enero de 1762, me trajo poder y libertad frente a mi hijo. Pablo nació en octubre de 1754. Cuando nació, la Zarina me lo arrebató de los brazos para ella misma educarlo como futuro Zar. Evidentemente ella sabía que no era hijo de Pedro, porque era impotente, sin embargo, ella prefirió evadir esa realidad y lo tomó como su propio nieto.En julio de 1762 Pedro cometió una gran equivocación; se retiró con sus guardias de Holstein y sus amigos de Oranienbaum, dejándome en San Petersburgo.  Vista la oportunidad Grigori Orlov, quien era mi amante en ese momento y estaba al mando de la Guardia Imperial Rusa, se rebeló contra Pedro proclamándome como la nueva gobernante de Rusia. El golpe triunfó. Aparentemente a Pedro le tuvo sin cuidado, el reclamaba una finca tranquila, su viejo violín, suministros de tabaco y vino de Borgoña. ¡ Qué hombre tan tibio era Pedro! Seis meses después fue asesinado por Alekséi Orlov (hermano menor de Grigori). Pablo siempre me culpó por la muerte de Pedro.Yo tenía 33 años cuando sucedí a Pedro. Accedí al trono gracias a una elección unánime de la nación,  sin embargo, una gran parte de la nobleza no estaba de acuerdo y únicamente  lo toleraba  por la minoría de edad de mi hijo Pablo. La verdad es que he logrado mantenerme en el trono hasta el día de hoy, próximo a mi muerte. Con mi estrategia política interior y exterior intenté una europeización del país, la nobleza obtuvo un puesto relevante que anteriormente no lo habían tenido. Es cierto que en un momento dado tuve problemas con los campesinos, pero siempre logré volver a una estabilidad y engrandecer a Rusia. He amado este país como si fuera mío.Ofrecí a Diderot traer la enciclopedia que fue prohibida en Francia,  propuse completar su gran trabajo en Rusia bajo mi protección.Di asilo a los jesuitas expulsados de España, así podían formar a la élite. Decidí ser la primera vacunada y de esa manera fomentar las vacunas en Rusia. Amé fundar el Hermitage y comencé a llenarlo con una exquisita colección artística. Me hubiera encantado incluir las ideas de Montesquieu, pero no fue posible. Me centré en la expansión del territorio. Puedo decir que jamás me aburrí, siempre existían cosas por hacer en bien  del país las cuales he disfrutado mucho.Por otra parte, en cuanto a mis amantes… es verdad; he disfrutado de la sexualidad de una manera apasionada e intensa, jamás quise ocultarlo porque pensé que así los rumores serían menores. Hice que me construyeran  una habitación erótica, la cual estaba copada por decoraciones con falos, senos y figuras teniendo relaciones sexuales. Supe tratar bien a mis amantes, les convertía en mis favoritos, llenándolos de regalos y bienes. Siempre me han gustado los hombres más jóvenes. Amé a Grigori Potiomkin quien fue mi gran apoyo político. Mi último amante, el príncipe Platón Zúbov, 40 años menor que yo, resultó ser el más caprichoso y extravagante de todos.Me atormenta la idea de que mi hijo Pablo sea mi sucesor. Así sea hijo de Serguéi Saltykovno y no de Pedro es tan parecido a él y eso me produce un rechazo inmediato. He pensado dejar el trono a mi nieto Alejandro y he tratado en varias ocasiones de que Pablo renuncie al trono, sin ningún tipo de éxito. Me convertí en Catalina, ¡Catalina la Grande! Tengo 67 años de los cuales he reinado 34. Me siento muy cansada. He engordado mucho. Mis piernas pasan hinchadas y no me siento bien. Tengo jaquecas y dolores constantes de estómago, sin embargo, quiero seguir engrandeciendo a Rusia. Todos dicen que trabajo mucho mientras que a mí me parece que he hecho muy poco cuando miro lo que me queda por hacer.Catalina
Carta Catalina La Grande

 

4 de noviembre de 1796 

Un 2 de mayo de 1729 llegué al mundo gracias a mis padres, Cristián Augusto de Anhalt-Zerbst y Juana Isabel de Holstein-Gottorp; en Szczecin, Pomerania, actualmente Polonia, en el seno de la dinastía Anhalt-Zerbst. 

Me llamaron Sofía Federica Augusta (Sophie Friederike Auguste von Anhalt-Zerbst, apodada “Figchen”). Fui una princesa alemana de rango menor y tengo una remota ascendencia sueca, relacionada con Carlos IX. De acuerdo con la costumbre de la nobleza de la época fui educada principalmente por tutores franceses. 

Los acuerdos políticos para fortalecer la alianza entre Rusia y Prusia hicieron que me comprometan con el Gran Duque Pedro, nieto de Pedro el Grande. Desde un principio hice lo posible para ser amada por mi esposo, por su tía, la emperatriz Isabel y por el pueblo ruso. Por la madrugada pasaba largas horas aprendiendo ruso y de esa manera ser más acogida. 

A pesar de que mi padre, luterano ferviente se opuso a mi conversión a la Iglesia Ortodoxa Rusa, el 28 de junio de 1744 fui bautizada con el nombre de Catalina (Yekaterina o Ekaterina) Alekséyevna. 

Mi matrimonio con Pedro se dio el 21 de agosto de 1745 en San Petersburgo. Teníamos 18 y 16 años de edad respectivamente. Nos instalamos en el palacio Oranienbaum. Lo nuestro fue un fracaso desde el principio. Pedro era sumamente inmaduro y no logró consumar nuestro matrimonio durante ocho años. ¡ Era tan aburrido en la cama! Evidentemente nos distanciamos como pareja, él se consiguió una amante y yo varios, entre esos Serguéi Saltykov, Charles Hanbury Williams y Estanislao II Poniatowski. 

Catalina Dáshkova, la hermana de la amante de mi marido se convirtió en mi amiga y me presentó a varios políticos muy poderosos que se oponían a Pedro. Siempre me interesó leer e instruirme, estaba muy bien informada sobre los crecimientos de Rusia. Mantuve correspondencia con grandes pensadores y filósofos como Voltaire y Diderot.  

La muerte de la emperatriz Isabel el 5 de enero de 1762, me trajo poder y libertad frente a mi hijo. Pablo nació en octubre de 1754. Cuando nació, la Zarina me lo arrebató de los brazos para ella misma educarlo como futuro Zar.  

Evidentemente ella sabía que no era hijo de Pedro, porque era impotente, sin embargo, ella prefirió evadir esa realidad y lo tomó como su propio nieto. 

En julio de 1762 Pedro cometió una gran equivocación; se retiró con sus guardias de Holstein y sus amigos de Oranienbaum, dejándome en San Petersburgo. Vista la oportunidad Grigori Orlov, quien era mi amante en ese momento y estaba al mando de la Guardia Imperial Rusa, se rebeló contra Pedro proclamándome como la nueva gobernante de Rusia. El golpe triunfó. Aparentemente a Pedro le tuvo sin cuidado, el reclamaba una finca tranquila, su viejo violín, suministros de tabaco y vino de Borgoña. ¡ Qué hombre tan tibio era Pedro! Seis meses después fue asesinado por Alekséi Orlov (hermano menor de Grigori). Pablo siempre me culpó por la muerte de Pedro. 

Yo tenía 33 años cuando sucedí a Pedro. Accedí al trono gracias a una elección unánime de la nación, sin embargo, una gran parte de la nobleza no estaba de acuerdo y únicamente lo toleraba por la minoría de edad de mi hijo Pablo. La verdad es que he logrado mantenerme en el trono hasta el día de hoy, próximo a mi muerte.  

Con mi estrategia política interior y exterior intenté una europeización del país, la nobleza obtuvo un puesto relevante que anteriormente no lo habían tenido.  

Es cierto que en un momento dado tuve problemas con los campesinos, pero siempre logré volver a una estabilidad y engrandecer a Rusia. He amado este país como si fuera mío. 

Ofrecí a Diderot traer la enciclopedia que fue prohibida en Francia, propuse completar su gran trabajo en Rusia bajo mi protección. 

Di asilo a los jesuitas expulsados de España, así podían formar a la élite. Decidí ser la primera vacunada y de esa manera fomentar las vacunas en Rusia. Amé fundar el Hermitage y comencé a llenarlo con una exquisita colección artística. Me hubiera encantado incluir las ideas de Montesquieu, pero no fue posible. Me centré en la expansión del territorio. Puedo decir que jamás me aburrí, siempre existían cosas por hacer en bien del país las cuales he disfrutado mucho. 

Por otra parte, en cuanto a mis amantes… es verdad; he disfrutado de la sexualidad de una manera apasionada e intensa, jamás quise ocultarlo porque pensé que así los rumores serían menores. Hice que me construyeran una habitación erótica, la cual estaba copada por decoraciones con falos, senos y figuras teniendo relaciones sexuales. Supe tratar bien a mis amantes, les convertía en mis favoritos, llenándolos de regalos y bienes. Siempre me han gustado los hombres más jóvenes. Amé a Grigori Potiomkin quien fue mi gran apoyo político. Mi último amante, el príncipe Platón Zúbov, 40 años menor que yo, resultó ser el más caprichoso y extravagante de todos. 

Me atormenta la idea de que mi hijo Pablo sea mi sucesor. Así sea hijo de Serguéi Saltykovno y no de Pedro es tan parecido a él y eso me produce un rechazo inmediato. He pensado dejar el trono a mi nieto Alejandro y he tratado en varias ocasiones de que Pablo renuncie al trono, sin ningún tipo de éxito.  

Me convertí en Catalina, ¡Catalina la Grande! Tengo 67 años de los cuales he reinado 34. Me siento muy cansada. He engordado mucho. Mis piernas pasan hinchadas y no me siento bien. Tengo jaquecas y dolores constantes de estómago, sin embargo, quiero seguir engrandeciendo a Rusia. Todos dicen que trabajo mucho mientras que a mí me parece que he hecho muy poco cuando miro lo que me queda por hacer. 

Catalina