Fine Art Galleries: Your Majesty The Queen: Carta Bloody Mary

                                                          16 de noviembre de 1558Estos últimos meses han sido una tortura! No soporto los dolores en mi vientre, y si bien pensé que estaba embarazada y eso me llenaba de felicidad, puedo ver ahora que no es así.Tengo el vientre inflamado y quema por dentro. No me queda mucho tiempo, siento que mi cuerpo no resistirá. La cabeza me duele y tengo fiebres constantemente. Sé que Dios enviará pronto a la muerte por mí. Es tiempo de tomar decisiones importantes. Debo nombrar a mi sucesor antes de irme y no logro calmar mi mente.Nací el 18 de febrero de 1516 en Greenwich, Inglaterra,  siendo mis padres Enrique VIII y Catalina de Aragón. Soy la cuarta hija y la única sobreviviente de  esa unión debido a que mis hermanos  nacieron muertos o murieron a temprana edad. Cuando nací, mi padre tenía la esperanza que fuera un  niño, así podría tener un sucesor. Fui bautizada en la fe católica con el nombre de María Tudor, en honor a mi tía. Cuando niña  era muy abierta y sociable, a los cuatro años entretuve a una delegación tocando el clavicémbalo, no tardé en aprender latín al igual que el griego, francés, español y me doctriné en otras habilidades de música y danza.Siempre fui una niña muy linda, mi belleza era un tema de conversación.Mi padre negoció varios matrimonios para mí, desde mi corta edad de dos años. Todos debido a  alianzas políticas, los mismos que por diversas razones  fueron anulados.A mis once años, después que mi madre no le había podido proporcionar un hijo varón, mi padre pidió a Roma la anulación de su matrimonio, petición que el  Papa negó. Es así que mi padre decidió abandonar la Iglesia Católica y se casó con Ana Bolena a través del Protestantismo, proclamándose jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. De aquel matrimonio nació mi media hermana Isabel.A partir de ese momento mi vida cambió muchísimo y tuve que tomar la decisión de escoger una religión a la cual serle fiel. Recordaba que  mi madre era muy creyente y yo me mantuve con ella. Adopté el catolicismo. Más tarde fuimos expulsadas de la corte real, y en  1533 me vi en la obligación de  renunciar a mi título de princesa y un año más tarde una nueva ley del Parlamento inglés me retiró de la sucesión y la puso  en favor de Isabel, mi título de noble cambió.  Se dirigían a mi como Su Alteza, ahora me llamaban Lady Mary, una dama más de la corte de Isabel.Mi madre fue separada de la corte, la enviaron a vivir lejos. En 1536 falleció y no me permitieron asistir a su funeral, algo que nunca perdonaré a mi padre.Irónicamente Ana Bolena murió el mismo año, fue ejecutada por alta traición. Para ese entonces mi padre tenía una nueva esposa llamada Juana Seymour y de este lecho nupcial nació mi hermano Eduardo quien fue designado como el heredero a la corona. Su madre Juana murió a las pocas semanas de dar a luz.Ante la posición religiosa que mi padre había tomado para Inglaterra, la Torre de Londres se llenó rápidamente de prisioneros que no se sometían al nuevo régimen. Mi padre siguió  cambiando de esposas hasta que se casó con Catalina Parr. Ella logró algo que parecía imposible, una reunión familiar y de re encuentro con mi padre. Mediante el Acta de Sucesión mi padre volvió a incluirnos a Isabel y a mí. Reinaría mi hermano Eduardo, en caso de su muerte seguiría yo, y si yo falleciese lo seguiría Isabel. Después de unos años de reinado, mi hermano murió repentinamente  en 1553, pero, debido a una maniobra política y una decisión absurda de Eduardo, Juana Grey, sobrina de mi padre subió al trono por nueve días. Por falta de apoyo,  entré  triunfante a asumir la corona, pensando que finalmente los católicos volveríamos a tener voz. Mi primer dictamen fue liberar a algunos católicos fieles de la Torre de Londres, situación que se tornó difícil ya que muchos de los que planificaron la subida de Juana al trono eran parte de los consejeros privados. Nombré a Gardiner como consejero privado y le designé obispo de Winchester. El 30 de septiembre me trasladé al palacio de Westminster en compañía de mi hermana Isabel. EL 1 de Octubre de 1533, a mis 37 años, Gardiner me coronó reina en la abadía de Westminster convirtiéndome en la nueva soberana de Inglaterra. Fui la primera reina titular, recibí ceremonialmente las espuelas y la espada, pero también los cetros que corresponden al rey titular y la reina consorte.Me casé con Felipe II de España con la intención de asegurar la sucesión. Mi hermana Isabel, de religión protestante como mi padre, era la siguiente sucesora después de mi muerte, pero yo estaba decidida a pelear por mi religión, es por eso que  Felipe fue una buena opción, a pesar de que yo le llevo 11 años y eso me preocupaba. Siempre me mantuve firme en el hecho de que él no influya en los asuntos políticos de Inglaterra, además él tenía su país para gobernar así que eso no fue un problema.¡He deseado tanto un hijo! Lo que me sucede ahora ya pasó antes. He creído estar embarazada, con síntomas físicos, y no es un bebé lo que crece en mi vientre. ¡Me duele constantemente y me debilita!En mis pocos años de reinado , apenas cinco, me he dedicado a terminar con los protestantes y a reinstaurar el catolicismo y la acogida de vuelta al Vaticano. Aprobé la condena en la hoguera de 300 religiosos que no quisieron convertirse al catolicismo. Me han apodado María la Sangrienta. Lo heredé de mi padre, soy implacable y sé que debo serlo, por Dios y  la memoria de mi madre. Mucho se ha discutido sobre mi sucesor. Hay el riesgo de que María Estuardo, nuestra prima asuma la corona, ¡ya la ha reclamado! Cuánto hubiese querido que Isabel sea católica. ¡Qué dolor tan grande!Ya no tengo tiempo… el 6 de noviembre finalmente he nombrado a Isabel mi sucesora. Le he pedido su conversión y ella se ha negado. Tengo 42 años, y no cumpliré más. Acabo de recibir la extremaunción. Noviembre de 1558, al fin me encontraré con mi Padre celestial.María
Carta Bloody Mary

 

16 de noviembre de 1558 

Estos últimos meses han sido una tortura! No soporto los dolores en mi vientre, y si bien pensé que estaba embarazada y eso me llenaba de felicidad, puedo ver ahora que no es así. 

Tengo el vientre inflamado y quema por dentro. No me queda mucho tiempo, siento que mi cuerpo no resistirá. La cabeza me duele y tengo fiebres constantemente. Sé que Dios enviará pronto a la muerte por mí. Es tiempo de tomar decisiones importantes. Debo nombrar a mi sucesor antes de irme y no logro calmar mi mente. 

Nací el 18 de febrero de 1516 en Greenwich, Inglaterra, siendo mis padres Enrique VIII y Catalina de Aragón. Soy la cuarta hija y la única sobreviviente de esa unión debido a que mis hermanos nacieron muertos o murieron a temprana edad. Cuando nací, mi padre tenía la esperanza que fuera un niño, así podría tener un sucesor. Fui bautizada en la fe católica con el nombre de María Tudor, en honor a mi tía.  

Cuando niña era muy abierta y sociable, a los cuatro años entretuve a una delegación tocando el clavicémbalo, no tardé en aprender latín al igual que el griego, francés, español y me doctriné en otras habilidades de música y danza. 

Siempre fui una niña muy linda, mi belleza era un tema de conversación. 

Mi padre negoció varios matrimonios para mí, desde mi corta edad de dos años. Todos debido a alianzas políticas, los mismos que por diversas razones fueron anulados. 

A mis once años, después que mi madre no le había podido proporcionar un hijo varón, mi padre pidió a Roma la anulación de su matrimonio, petición que el Papa negó. Es así que mi padre decidió abandonar la Iglesia Católica y se casó con Ana Bolena a través del Protestantismo, proclamándose jefe supremo de la Iglesia de Inglaterra. De aquel matrimonio nació mi media hermana Isabel. 

A partir de ese momento mi vida cambió muchísimo y tuve que tomar la decisión de escoger una religión a la cual serle fiel. Recordaba que mi madre era muy creyente y yo me mantuve con ella. Adopté el catolicismo.  

Más tarde fuimos expulsadas de la corte real, y en 1533 me vi en la obligación de renunciar a mi título de princesa y un año más tarde una nueva ley del Parlamento inglés me retiró de la sucesión y la puso en favor de Isabel, mi título de noble cambió. Se dirigían a mi como Su Alteza, ahora me llamaban Lady Mary, una dama más de la corte de Isabel. 

Mi madre fue separada de la corte, la enviaron a vivir lejos. En 1536 falleció y no me permitieron asistir a su funeral, algo que nunca perdonaré a mi padre. 

Irónicamente Ana Bolena murió el mismo año, fue ejecutada por alta traición. Para ese entonces mi padre tenía una nueva esposa llamada Juana Seymour y de este lecho nupcial nació mi hermano Eduardo quien fue designado como el heredero a la corona. Su madre Juana murió a las pocas semanas de dar a luz. 

Ante la posición religiosa que mi padre había tomado para Inglaterra, la Torre de Londres se llenó rápidamente de prisioneros que no se sometían al nuevo régimen. Mi padre siguió cambiando de esposas hasta que se casó con Catalina Parr. Ella logró algo que parecía imposible, una reunión familiar y de re encuentro con mi padre. Mediante el Acta de Sucesión mi padre volvió a incluirnos a Isabel y a mí. Reinaría mi hermano Eduardo, en caso de su muerte seguiría yo, y si yo falleciese lo seguiría Isabel. Después de unos años de reinado, mi hermano murió repentinamente en 1553, pero, debido a una maniobra política y una decisión absurda de Eduardo, Juana Grey, sobrina de mi padre subió al trono por nueve días. Por falta de apoyo, entré triunfante a asumir la corona, pensando que finalmente los católicos volveríamos a tener voz. Mi primer dictamen fue liberar a algunos católicos fieles de la Torre de Londres, situación que se tornó difícil ya que muchos de los que planificaron la subida de Juana al trono eran parte de los consejeros privados. Nombré a Gardiner como consejero privado y le designé obispo de Winchester. El 30 de septiembre me trasladé al palacio de Westminster en compañía de mi hermana Isabel.  

EL 1 de Octubre de 1533, a mis 37 años, Gardiner me coronó reina en la abadía de Westminster convirtiéndome en la nueva soberana de Inglaterra. Fui la primera reina titular, recibí ceremonialmente las espuelas y la espada, pero también los cetros que corresponden al rey titular y la reina consorte. 

Me casé con Felipe II de España con la intención de asegurar la sucesión. Mi hermana Isabel, de religión protestante como mi padre, era la siguiente sucesora después de mi muerte, pero yo estaba decidida a pelear por mi religión, es por eso que Felipe fue una buena opción, a pesar de que yo le llevo 11 años y eso me preocupaba. Siempre me mantuve firme en el hecho de que él no influya en los asuntos políticos de Inglaterra, además él tenía su país para gobernar así que eso no fue un problema. 

¡He deseado tanto un hijo! Lo que me sucede ahora ya pasó antes. He creído estar embarazada, con síntomas físicos, y no es un bebé lo que crece en mi vientre. ¡Me duele constantemente y me debilita! 

En mis pocos años de reinado , apenas cinco, me he dedicado a terminar con los protestantes y a reinstaurar el catolicismo y la acogida de vuelta al Vaticano. Aprobé la condena en la hoguera de 300 religiosos que no quisieron convertirse al catolicismo. Me han apodado María la Sangrienta. Lo heredé de mi padre, soy implacable y sé que debo serlo, por Dios y la memoria de mi madre.  

Mucho se ha discutido sobre mi sucesor. Hay el riesgo de que María Estuardo, nuestra prima asuma la corona, ¡ya la ha reclamado! Cuánto hubiese querido que Isabel sea católica. ¡Qué dolor tan grande! 

Ya no tengo tiempo… el 6 de noviembre finalmente he nombrado a Isabel mi sucesora. Le he pedido su conversión y ella se ha negado.  

Tengo 42 años, y no cumpliré más. Acabo de recibir la extremaunción.  

Noviembre de 1558, al fin me encontraré con mi Padre celestial. 

María