Si bien es cierto que la fotografía ha sido mi mayor forma de expresión artística es solo una parte de un inmenso mundo que me habita. De hecho, la creación de cada personaje que retrato implica una serie de compromisos, con el personaje, el/la modelo y yo. El buscar sus símbolos, el crear sus mundos me conlleva a cometer arte .
En una época alteraba muebles. Mueble que llegaba a mis manos y que no era de mi agrado pasaba por el proceso de transformación, al estilo Lorena Cordero. Era darles vida a objetos que para mí eran aburridos.
Cuando construimos la casa con Simón se me presentó el lienzo en blanco más grande que había tenido hasta entonces. Fue muy divertido. Durante los dos años de diseñarla y construirla yo decoraba en planos. Fui vistiendo a las paredes en mi cabeza… y en los planos. Me dediqué a transformar puertas, envejeciéndolas, dándolas texturas, colocándoles objetos. Mis amigos llaman a nuestra casa la Casa Museo, y me dicen que la casa soy yo. Hay muchas cosas lindas y únicas en cada rincón.
Crecí en París, una ciudad en donde las imágenes son una religión. En cada esquina hay una publicidad alucinante, la moda, las vitrinas son verdaderas obras de arte.
Ahora estoy integrando ese mundo a mi cotidianidad. Mi marca es una bomba de creatividad y disfrute profundo. Los conceptos de la ropa que hemos trabajado con mi amiga Kari Dávila, sus diseños y los resultados que estamos obteniendo son justamente piezas muy especiales. También estoy trabajndo en una linea de carteras, son piezas únicas y la línea de zapatos no se queda atrás.
TweetCada etapa construye la siguiente como los peldaños de una escalera al cielo.
Lorena Cordero