Fine art: Aura
AURA
This series is about recognizing yourself in the soul. I appeal to virgins and goddesses of different cultures as a bridge to represent spirituality through femininity.
Important things are lived, felt and more than anything are understood from the torn soul, broken heart and the journey to the darkness that ultimately leads to light, transparent, blue, pure and deep: the Aura.
Do we not question our whole life about the existence of a superior power, a true god, a force or energy that sustains us and guides us in our paths? There are moments in life in which we give power to other beings believing that they will be unconditional and serve us as a crutch eternally. What happens when we feel abandoned, alone, when death visits us too often and looking at ourselves in the mirror can become a torture? I remember as a child I could spend hours in front of the mirror, observing every part of my face until I would lose objectivity and see myself distorted. It was a kind of unfolding, in which somehow I managed to separate my physical being from my spiritual one, it was like looking at me from the outside.
In a moment of my life, years later, I understood that finding peace in my life could only come from a communion with myself. At that moment I began a deep journey. I met the shadows of my shadows, I remembered moments trapped, silenced that made my body sick, I got lost, I ran away. I traveled through Hades until I recognized myself in Persephone. Darkness taught me that without it there is no clarity. Behind her I managed to perceive the light, the aura. Sometimes I forget how to see it, I forget that the transparent violet blue is on the other side, when I stop frowning, I breathe deeply, when I perceive the beating of my heart, the flow of my blood. When the outside noise no longer weighs. Through portraits of these virgins and goddesses I find a communion with myself.
AURA
Esta serie es sobre reconocerse en el alma.
Utilizo vírgenes y diosas de diferentes culturas como un puente para representar la espiritualidad a través de la feminidad.
Evidentemente esto es una descripción muy simple de lo que realmente significa para mi este trabajo. Nada importante puede ser descrito con palabras solamente. Lo importante se lo vive y más que nada se lo comprende desde el alma desgarrada, el corazón roto, el viaje a las tinieblas que a la final nos lleva a la luz, pura, profunda, transparente, azul, al Aura.
No nos cuestionamos toda la vida sobre la existencia de un más allá, de un poder superior, de un dios verdadero, de una fuerza o energía que nos sostenga y nos guíe en nuestros caminos? No hay momentos en la vida en los que damos poder a otros seres creyendo que serán incondicionales y nos servirán como bastón eternamente? Que pasa cuando nos sentimos abandonados, solos, cuando la muerte nos visita demasiado seguido y el mirarnos al espejo se puede convertir en una tortura? Recuerdo que de niña podía pasar horas frente al espejo, observando cada parte de mi rostro hasta perder objetividad y verme distorcionada. Era una especie de desdoblamiento, en el cual de alguna manera lograba separar mi ser físico de mi ser espiritual, era como mirarme desde afuera. Sería fuera de mi cuerpo o dentro de mi alma?
En un momento de mi vida, años más tarde, comprendí que encontrar una cierta paz en mi vida sólo podía venir de una comunión conmigo misma. En ese momento comenzó un profundo viaje. Me encontré con las sombras de mis sombras, recordé momentos atrapados, silenciados que enfermaban mi cuerpo, me perdí, huí. Recorrí el Hades hasta reconocerme en Perséfone. Un viaje… eterno viaje, lo sigo recorriendo, la oscuridad me enseñó que sin ella no hay claridad. Detrás de ella logré percibir la luz, logré percibir auras hermosas. A veces olvido como verlas, olvido que el azul violeta transparente se encuentra del otro lado, cuando dejo de fruncir el ceño, respiro profundamente, cuando percibo el latir de mi corazón, el flujo de mi sangre. Cuando el ruido externo ya no pesa.